El castillo de Atienza, del que ya sólo queda en pie la torre, fue testigo del destierro del Cid Campeador. Desde su colina se observan los restos de la muralla que defendía la ciudad. Su arquitectura religiosa conserva el esplendor que tuvo en la Edad Media. Por ello, es obligatorio visitar las iglesias de Santa María del Rey, del Salvador y de la Trinidad.